lunes, 2 de noviembre de 2009

Ropa Sucia

No, no me refiero a dinero negro, la ropa sucia es el mayor enemigo de nuestros tiempos, mucho peor que la crisis o el yihadismo. Mi lucha contra la ropa sucia alcanzó tintes drámaticos la semana pasada, antes se conformaba con amontonarse en un rincón y joderme la existencia silenciosamente pero hace unos días cuando me decidí a acabar con ella, ponerme al día y meterla en el armario que es dónde debería estar, el jodido ejercito de calzoncillos, sujetadores, calcetines desparejados y demás mercenarios decidieron pasar a la acción y atacarme directamente. Su primer acto de guerra consistió en robarme la cartera, con el bono mensual del metro, mi única tarjeta de crédito y el DNI. He de admitir que este golpe me cogió totalmente desprevenido, ni de lejos sospechaba de ella, así que presa del pánico creyendo haber perdido la cartera después de haber estado horas buscándola, me decidí a cancelarla. Pero cual fue mi sorpresa cuando la ropa sucia en un acto de altivez sin limites dejo entrever enredada en unas bragas a su preciado rehén.



Fue en este momento cuando me di cuenta de la verdadera dimensión del problema y me conjuré para contratacar con todas mis fuerzas, necesitaba un gran golpe, algo definitivo para acabar para siempre con ella, la metí en la lavadora y puse el centrifugado al máximo, si si yo también puedo jugar duro. Pero cuando me disponía a darle el golpe definitivo con la plancha y mandarla una larga temporada ese guantanamo que es mi armario, compruebo no sin cierto asombro que la plancha había sido saboteada y estaba completamente inutilizada, si señores la ropa sucia utiliza contra mi tácticas de guerrilla al más puro estilo "insurgente iraquí". Hoy la cosa esta más calmada, con una plancha nueva he conseguido detener su imparable avance, asi que la semana amanece despejada y hasta nuevo aviso he ganado esta batalla aunque no descarto rebrotes de violencia por su parte.